Le vi llorar,
sus lagrimas eran cristales
que dejaban su evo
cuando solían chocar.
Pobre de ti, tierra maldita,
que te tragas mis joyas
sin poderlo evitar,
dejándome sin nada,
tan solo con este sentimiento
que no logro callar.
Pobre de ti, soledad infinita,
que te burlas de mi,
esperando el momento oportuno
para atacar, para hacerme sentir
que estas ahí,
tan solo para hacerme sufrir.
Lagrimas silentes,
prueba infinita
de un hombre que siente.
¿Por que te dejas caer?
¿Por que te abates ante el pensamiento
de un distante adiós?
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