4 jun 2016

    Me he dormido en el silencio de una noche, tan solo se escuchaba los susurros entre las hojas de los árboles mientras el viento tocaba el arpa de lo nunca dicho.

    El sueño parecía eterno, aun creo que su evidad duró algo menos que un segundo.  No dudo que se encajonara en alguna fracción del tiempo para no olvidarlo cual si fueses estrellas que huyen del cielo, diminuto plato de avellanas que se rompe cuando el cielo aclama.

    Ya he despertado esta mañana... o eso creo, he mirado tu almohada, tan callada como el silencio mismo y la sabana fría como el beso de una amante infiel.      Soñé que dormía sin ti y cuando desperté ya no estabas aquí, reconozco que contigo no siempre hubo cielo azul, pero desde que te has ido, ya solo lo veo gris,       Pensé que llovía pero he notado que son mis mejillas las que se mojan.

    Una rosa roja yace marchita.   Te le has llevado el color a mi vida creyendo que vivo cada vez que te acuerdas que existo.   yo no te culpo, tan solo me arrepiento.     No te pido que te retractes, solo te pido un beso de esos que no detiene el tiempo.

Sé que aveces me piensas, que no me olvidas  aunque surques otros cielos ni navegues otros mares, tu eres mi marinero y yo tu velero.

    Te habéis llevado mi mundo cuando con dolor posaste sobre mi vientre un beso, solo cerré mis ojos, volvía a llorar, no volverás más.


Cinthia Chalas

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