Se me ha educado en un ambiente sano, mas bien digamos resguardada de la delincuencia que moraba a mi alrededor ya que vivo en zonas marginadas de la sociedad, en donde cualquier malentendido se resuelve de la manera mas salvaje posible. Sin posibilidad por el momento de cambiar de residencia por que hasta entonces no había necesidad. Hasta que crecí y decidí mudarme a casa de mi madre, a una zona aun peor que la anterior, sin códigos que respetar, pero que decir, hasta ese entonces el modus vivendi de ambas zonas no perjudicaban mi integridad, ni física ni moral.
Con el paso de los años le tomé amor a la casa, en la que por tanto tiempo llevo residiendo, la casa materna, tanto así que aquí me casé y estoy teniendo mis hijos. El mayor ya tiene dos años y la mas pequeña tiene 8 meses de gestación.
Ahora es que soy consiente de los inconvenientes de criar a mis hijos en este entorno, me asaltan los temores de cada uno de los posibles escenarios que no creo conveniente enumerar por el momento.
Soy al extremo, cuando nació mi primogénito decidí escuchar mi música en mis auriculares por que entiendo que la letra no es adecuada aunque el sonido sea excelente para hacer que se mueva su musculatura, evitamos decir cualquier tipo de "San Antonio", en fin, tratamos de enseñar con el ejemplo.
El solo hecho de que el niño ya valle a la escuela se nota cuando me dice su vocabulario nuevo, del cual no sé si reírme o tratar de no armar una revolución en el centro educativo.
Hago todo cuanto creo posible, lo que creo mejor para que el niño crezca en un entorno saludable y apropiado. Soy consciente de que de 0 a 5 años es la edad en donde se crean condicionamientos que repercutirán en su vida entera y en parte lo definirán como persona.
En este punto, como madre, considero que mi misión es apoyar a mi hijo en la dirección correcta que él quiera ir, siempre mas adelante que yo, teniendo como base los valores que con tanto ahínco me han inculcado y que hacen de mi una ciudadana, aunque de barrio, pero decente.
Este es mi sentir, esto es lo que creo conveniente, por esto es por lo que hoy lucho.
¿Que pasa? que al igual que yo, hay padres que tienen su misión y que muchas veces esta carece de valores, o los que tiene, de tenerlos, se contraponen a lo que intento que el niño aprenda.
No hay mejor manera de enseñar que de la forma visual, y sí en tu casa no usan los pantalones mostrando las nalgas o la ropa interior (la mayoría de las veces, curtida del sucio) al verlo en la calle el infante nos cuestionará e imitará la acción solo por probar, NO AL USO DE SUSTANCIAS ADICTIVAS, en mi casa ni café se bebe, ocasionalmente un refresco... ¿Como le explico a mi hijo el tema de las hookas, y el olor que provoca fumar la marihuana? Como le explico, a esa edad, que eso no es lo correcto cuando al frente de la casa el niño ve cosas que yo quisiera que no existieran.
No puedo evitar que el vecino de al lado coloque su música sin moral alguna a todo volumen en horario regular, no puedo evitar que el punto de droga desaparezca y mucho menos controlar el lenguaje desinhibido de los muchachos de la época que se suelen galantear por mi calle vociferando se retahílas rimadas de acciones antimorales.
Quiero que quede bien claro que no tengo nada en contra de las drogas y/o de las personas que las usan de hecho: “Unos fuman, otros beben, otros se drogan y otros se enamoran… cada quien se mata a su manera”. Conozco excelentes personas cada uno con una adicción distinta y de todos ellos puedo mencionar cualidades excepcionales de las que me sentiría orgullosa de tomar como practica personal. Pero dentro del libre albedrío yo elegí no usar de dichas sustancias.
En este tiempo en el que vivimos, solo Dios puede meter su mano. Mi fé y esperanza puestas en Él por el bienestar de mis dos vástagos y mi salud mental.
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